Un puesto de limonada para el bien

11 de agosto de 2023

Nunca hay que subestimar el poder de un puesto de limonada, sobre todo si lo llevan Lorelei, Everett y Ayren, nietos de Mary Ann y Henry, que son voluntarios habituales en nuestro Estante de Alimentos de los Servicios de Emergencia.

Estos niños recaudaron $159.66 vendiendo limonada y galletas para ayudar a nuestra despensa y a las personas a las que servimos. Hace poco, cuando entregaron su cheque a Eric Vollen, Director del Programa de Servicios de Emergencia, tuvieron la oportunidad de subirse a la báscula de nuestra estación de pesaje, visitar el almacén de alimentos e incluso refrescarse en nuestro nuevo congelador.


También se enteraron de que con nuestro poder adquisitivo de tres a uno, ahora podemos comprar 500 dólares en alimentos para ayudar a nuestros vecinos que sufren inseguridad alimentaria. Les pareció increíble.


"Estoy muy orgulloso de estos 'filántropos' y de su apoyo a Catholic Charities Food Shelf". dijo Eric Vollen. "Que Lorelei, Ayren y Everett hagan esto por su comunidad -sus vecinos- es realmente inspirador. Saben que algunas personas no tienen lo que otros tienen cuando se trata de alimentos, y quieren que todos sean felices y saludables. ¿Qué puede no gustar de eso?".


El apoyo de la comunidad a veces viene de lugares sorprendentes y de gente pequeña. Juntos podemos cambiar el mañana. ¡Gracias, niños!

Noticias recientes

Por Brittany Hoversten - 14 de abril de 2025
En Catholic Charities Emergency Services, vemos innumerables actos de bondad todos los días, pero una donación reciente de un joven notable dejó una marca especial en nuestros corazones. En una fría tarde de viernes, Bryce, un estudiante de 17 años de Albany High School, donó la impresionante cantidad de 860 libras de calabaza. Esta generosa donación pone de manifiesto el poder del apoyo comunitario y demuestra que, incluso en tiempos difíciles, siempre hay esperanza. Bryce ha cultivado sus propias calabazas, calabacines y calabazas bajo el nombre de Bryce Pumpkin's, que se ha dado a conocer por sus productos frescos cultivados localmente. Sus esfuerzos van más allá del cultivo, ya que vende su cosecha en mercados de agricultores e incluso tuvo un puesto en la exposición Made in Minnesota en noviembre, apoyando a las empresas locales y la agricultura sostenible. Lo que hace que su historia sea aún más inspiradora es cómo Bryce aprovecha su éxito para retribuir. Su donación ayudará directamente a las familias necesitadas a través de nuestro estante de alimentos, que sirve a St. Cloud y sus alrededores. La donación de calabaza de Bryce será una parte vital de nuestra distribución mensual de alimentos, ayudando a proporcionar comidas nutritivas a cientos de familias de nuestra comunidad. Su gesto demuestra no sólo un corazón lleno de compasión, sino también la interconexión de los agricultores locales, las empresas y las familias. Cuando jóvenes como Bryce dan un paso al frente, es un recordatorio de que el futuro está bien cuidado. La historia de Bryce demuestra que incluso los pequeños actos de bondad pueden convertirse en algo verdaderamente transformador. Gracias a donaciones como la de Bryce, podemos proporcionar alimentos a quienes más los necesitan, como ancianos con ingresos fijos y padres solteros con varios trabajos. La conexión entre los agricultores locales y organizaciones como Caridades Católicas sostiene nuestra comunidad y fomenta la esperanza para los que luchan. De cara a la próxima temporada de cultivo, estamos ansiosos por ver lo que otros generosos miembros de la comunidad, como Bryce, compartirán. Sus esfuerzos nos recuerdan que cada pequeña contribución se suma a algo mucho más grande, y no se trata sólo de la comida, también estamos fortaleciendo nuestra comunidad e inspirando esperanza para todos.
28 de marzo de 2025
PACK THE PORCHES FOOD AND FUND DRIVE RECIBIÓ MÁS DE 6.000 LIBRAS DE ALIMENTOS Y MÁS DE 21.000 DÓLARES
Por Brittany Hoversten - 13 de marzo de 2025
El martes 28 de enero, un grupo de estudiantes de la escuela Trex North visitó Pond View Estates en Albany, organizado por Sandy Baldwin, líder del grupo, y en colaboración con Caridades Católicas de St. Cloud. Julie Ueland, la consejera estudiantil, ayudó a supervisar el proyecto para garantizar que todo saliera bien. Pond View Estates es un Senior Dining Congregate Kitchen, donde las personas mayores se reúnen para disfrutar de las comidas y socializar, por lo que es un entorno perfecto para que estos estudiantes conecten con los residentes. Cuando llegaron los estudiantes, los residentes estaban encantados con la energía juvenil y el entusiasmo que traían. Los estudiantes se pusieron rápidamente manos a la obra para ayudar a los ancianos a crear tarjetas de San Valentín antes de la comida. El ambiente se llenó de creatividad y risas mientras todos colaboraban en la elaboración de unas tarjetas llenas de color y detalle. Después, el grupo disfrutó de un almuerzo en el que el comedor se llenó de animadas conversaciones. Los estudiantes interactuaron con los ancianos, escucharon sus historias y establecieron nuevas relaciones. La visita tendió un puente entre generaciones, fomentando interacciones significativas y alegres. El momento culminante del día fue el bingo que siguió a la comida, donde la emoción llenó la sala a medida que se iban llamando los números. La competencia amistosa provocó muchas risas, sobre todo cuando alguien estaba a un solo número de ganar, pero otro participante se hizo con el premio antes que nadie. La diversión, la camaradería y los momentos compartidos hicieron sonreír a todo el mundo. Algunas de las interacciones más destacadas fueron las de Joseph y Riley con el residente Victor Tschida y la de Tianna con el residente Ken Bunger. Estas conexiones pusieron de relieve el profundo impacto de las amistades intergeneracionales. Para muchos de los residentes, la visita de los estudiantes fue una experiencia inesperada pero entrañable, que les recordó a todos la importancia de dedicarse tiempo los unos a los otros. Fue un hermoso día de fomento de la comunidad, la conexión y la amabilidad. Cuando los estudiantes se preparaban para marcharse, se respiraba una sensación de satisfacción en el ambiente. El día no sólo había alegrado la vida de los mayores, sino que también había dejado una huella imborrable en los alumnos, que comprendieron mejor la alegría y la satisfacción que se obtienen pasando tiempo de calidad con los demás. El día terminó con sonrisas, abrazos y promesas de volver, un recordatorio de lo poderosa y significativa que puede ser la conexión humana.